Los asesores en remates inmobiliarios tienen que conocer y dominar su producto, así como comprometerse con los clientes a conseguir ganancias y dirigir los negocios con responsabilidad.
Algunas cuestiones como la ambivalencia de los procesos legales, ciertos factores que inciden en los tiempos de entrega de los inmuebles y los huecos legales, además de la falta de homogeneidad en los procesos de venta de las instituciones bancarias y recuperadoras, dificultan la labor de los ofertantes en remates. De ahí surge la necesidad de profesionalizar al personal que interviene en estas operaciones.
La primera exigencia que un comprador debe tener hacia un asesor de remates es contar con formación adecuada. Puede tratarse de una especialidad académica (derecho mercantil, finanzas, contaduría), o diplomados y cursos dedicados específicamente a legislaciones y procedimientos de remates inmobiliarios.
Un ofertante confiable en remates debe:
- Conocer ampliamente los temas principales.
- Tener un historial COMPROBABLE de operaciones a título propio o de su empresa.
- Contar con buena reputación entre inversionistas y en la web.
- Tener respaldo de equipos especialistas, compuestos por abogados, contables, comerciales, etc.
- Ser claro al momento de introducir al cliente en este negocio.
- Dominar las distintas modalidades de inversión: lograr propiedades, retener casos, clubes de inversionistas, compra y venta, giro mercantil, etc.
Ahora bien, un despacho o broker que realmente capacita a su personal en los procesos de remates, le otorga acceso a certificaciones, cursos, y crea divisiones de trabajo claras, de modo que queden cubiertos todos los rubros, sin excepción. Es tan importante saber conducir la parte jurídica como el análisis financiero o los asuntos fiscales. Cierto que habla bien de una empresa tener buenos vendedores, con trato amable y claridad de la información, con material cuidadosamente redactado y bien diseñado, pero este es apenas el primer paso. De hecho, la información general no es motivo de lucro y por el contrario, una empresa comprometida socialmente facilita el conocimiento.
Con mucho esmero has reunido el dinero que destinarás a las inversiones. ¡Cuídalo, e invierte con inteligencia!